UN
RECLAMO INFANTIL
Aura
López
En
un día de lectura normal, cuando finalizamos y los niños salían del salón, un
pequeño se me acerca y me dice:
- Abuela Cuentacuentos, yo quiero un cuento
de dinosaurios.
-
Claro! Lo buscaré para tí con mucho gusto
- ¿Dónde está la otra Abuela Cuentacuentos
para decirle a ella también?
-
Ya bajó al primer piso, pero no te preocupes, yo le digo
- No Abuela, llámela porque yo quiero
decírselo a ella también.
Llamé
a mi compañera para que se asomara a las escaleras porque un niño le quería
decir algo.
- Abuela Cuentacuentos, yo quiero que
traiga un libro de dinosaurios para la próxima
Ok, lo buscaremos.
Aunque
lo buscamos, esa semana no encontramos uno que nos llamara la atención y se
adaptara a su edad, pues son pequeños que no alcanzan los cuatro años.
Entonces les leímos otro cuento que
todos disfrutaron.
Al final, el niño que nos había
encargado el cuento nos dijo:
Abuelas
Cuentacuentos ¿por qué no trajeron el libro de dinosaurios que yo les pedí?
Lo estamos buscando pero aún no hemos
encontrado.
“Les está haciendo un reclamo” nos dice
la profesora.
Apenas encontremos uno bien lindo se los
leeremos.
Ah
bueno.
Afortunadamente encontramos Dino-Baby
de cuya lectura disfrutaron los niños y estuvieron muy participativos porque el
tema les era familiar.
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